Entrevista. Minuto Digital entrevista a Manuel Leal, coordinador de Iniciativa Habitable, sobre las causas de los conflictos vecinales que ha desatado la riada de inmigración musulmana, en no pocas poblaciones españolas. |
La riada de inmigración musulmana ha desatado el conflicto en no pocas poblaciones. En Holanda tras el brutal asesinato del cineasta Theo van Gogh a manos de los islamistas, el país sufre un proceso de confrontación violenta entre autóctonos y musulmanes. En España hemos conocido manifestaciones de vecinos contra la construcción de mezquitas o la inseguridad ciudadana, que evidenciaban las dificultades de convivencia ¿Se trata de rechazo a lo desconocido o por el contrario existen razones que justifiquen la actitud de los vecinos? Iniciativa Habitable es una agrupación de la Comunidad de Madrid que se define empeñada en 'devolver la voz y el protagonismo a los vecinos en la actividad pública, llamando a las cosas por su nombre'. Se ha significado en la denuncia de conflictos, como la el aumento de la delincuencia, la vivienda o los problemas de convivencia derribados de la inmigración, entre ellos con la comunidad islámica. |
Los grandes núcleos de presencia musulmana son en ocasiones fuente de conflictos con los vecinos. Las asociaciones se han enfrentado en ocasiones con estos colectivos ¿A qué cree que es debido?
Existen dos fuentes de problemas fundamentales. El primero es el modelo social del Islam. Para los creyentes el Corán es una trascripción de las palabras exactas reveladas por Dios. No es un libro para meditar, sino para recitar. Dicta fórmulas de conducta muy concretas en lo económico, lo político y lo legislativo, que traspasan los límites de lo religioso y se instalan de lleno en el ámbito civil. Es en este terreno donde entra en conflicto con los derechos de los vecinos.
Donde la práctica islámica encuentra su aplicación, dos grupos son sistemáticamente hostigados; las mujeres y los no-musulmanes. Este comportamiento cobra mayor o menor desarrollo en función del vigor de la comunidad musulmana de referencia. Más tibio en un principio y tremendamente exigente cuando la comunidad cobra fuerza.
El segundo problema añadido es el de la seguridad ciudadana, debido a la alta delictividad común y conflictividad de algunos de los individuos que habitualmente forman estos colectivos.
Señala usted un 'problema añadido de delincuencia común'. ¿No es peligroso criminalizar determinados colectivos?
No es un problema de discriminación, son datos objetivos. Si nos fijamos en los colectivos de origen musulmán mayoritarios en España encontramos cifras significativas. La Asociación Independiente de la Guardia Civil ha declarado que el 30% de los delincuentes extranjeros detenidos son marroquíes. El Instituto Nacional de Estadística ha determinado que uno de cada tres inmigrantes argelinos en España ha sido detenido. La Policía Nacional nos aporta otro triste récord, en el primer semestre del año los 13 argelinos deportados desde la comunidad de Madrid acumulaban nada menos que 150 causas pendientes ¿Más argumentos? Casi la mitad de los presos extranjeros en cárceles españolas son árabes, en algunos centros penitenciarios llegan a ser el 71%.
La política del avestruz enquista los problemas de convivencia y termina provocando estallidos sociales, no los resuelve. El estado de derecho cuenta con los mecanismos de diálogo y corrección suficientes, otra cosa muy distinta es la voluntad política de emplearlos.
El gobierno pretende normalizar la presencia del Islam, facilitando su implantación en la sociedad española. ¿Qué le parece la propuesta de financiación?
Lo que realmente pretende el ejecutivo es comprar el voto inmigrante a cambio de poner en peligro la estabilidad social. En el caso de los votos musulmanes esta política es especialmente peligrosa.
El apoyo al expansionismo islámico en España es más ambicioso de lo que la gente cree. Entre otras áreas abarca la subvención de profesores de religión, la creación de espacios propios en los medios de comunicación públicos, la asistencia religiosa en hospitales, centros penitenciarios y cuerpos de seguridad del estado.
Además de esto las comunidades islámicas solicitaron en su día una dotación anual directa, para empezar, nunca inferior a los 30 millones de euros. Eso sí, como la mayoría de la población musulmana de nuestro país no hace la declaración de la renta, rechazaron el sistema de financiación voluntaria partir del IRPF similar al de la iglesia católica, así que la financiación llegará con cargo a los Presupuestos Generales del Estado
Dicho de otra forma, las partes reconocen que los musulmanes aportan muy poco o nada, al menos vía impositiva al conjunto de la comunidad española, pero financiarán su expansión metiendo la mano directamente en el bolsillo de cada uno de nosotros, queramos o no todos pagaremos los nuevos votos del PSOE.
Otro objeto de debate es la enseñanza del Islam en los colegios ¿Cree que será conflictiva?
Personalmente no encuentro ninguna garantía de que esta enseñanza se imparta desde el respeto constitucional, a la mujer o a nuestras costumbres o nuestra organización social. Recordemos el caso del imán de Fuengirola que publicó un libro recomendando los castigos corporales a la mujer, que por otra parte recoge el Corán. Pues bien, ese señor seleccionaba profesores y profesoras, separados por sexos, de las clases de musulmán en los colegios de Málaga.
¿Cuál será su interpretación o la de sus profesores de la sociedad europea, vista desde el prisma de una cultura que sataniza el sexo o discrimina a la mujer, hasta lapidar a las adúlteras?
Sin embargo, ¿No parece lógico el integrismo religioso vaya disminuyendo el las nuevas generaciones residentes en Europa?
Todos los estudios recientes apuntan lo contrario. En España podemos recurrir por ejemplo al estudio editado por la Fundación La Caixa, sobre “La inmigración musulmana en Europa'. Tras analizar los procesos migratorios de los musulmanes que se iniciaron hace más de 50 años, concluyen que segundas generaciones de inmigrantes se han radicalizado en las posturas islamitas como seña de identidad, cayendo en un desarraigo más fuerte, si cabe. Recientemente Le Monde publicaba un informe del Ministerio del Interior francés que constataba el mismo hecho.
Ha citado al Imán de Fuengirola, sin duda un caso polémico. Sin embargo desde las instituciones se advierte de que estos son casos aislados ¿Por qué hemos de esperar otra cosa?
Llama la atención la desvergüenza con la que el discurso oficial se distancia de la realidad. Pongamos como ejemplo la UNED. Este verano financió unos cursos de aproximación al Islam. En ellos se entregaron como material docente documentos editados por la asociación IFTA, dependiente de la Embajada de Arabia Saudí en Washington, así como material editado directamente por la citada embajada. En ellos aseguraba textualmente despropósitos tales como que 'el concepto islámico de la libertad de expresión es superior al occidental', o 'para las mujeres el Islam es una bendición, y no hay mayor benefactor de las mujeres que el profeta', o 'que bajo la protección del Islam los lugares de culto no musulmanes han florecido por todo el mundo'.
Ahora contrastemos esas citas con la realidad en Arabia Saudí. La ACI, Agencia Católica de Informaciones pertenece a la Federación Internacional de Agencias Católicas (FIAC) denuncia que las confesiones no islámicas, no pueden reunirse para rezar ni siquiera en casas privadas, está prohibido poseer la Biblia u otros libros religiosos y el proselitismo está castigado. El incumplimiento de estas normas lleva directamente al arresto por parte de los mutawa o policía religiosa de la moralidad, incluso cuentan que la Cruz Roja en operaciones de socorro se le impuso en ocasiones borrar el símbolo. Según esta agencia no hay iglesias en toda Arabia Saudí y no está permitido construirlas. Cuando comenzó el mes de ayuno este año, las autoridades saudíes advirtieron a todos los no-musulmánes y a las embajadas de que cualquier extranjero que incumpliera públicamente los preceptos del Ramadam, sería inmediatamente expulsado del país. Pues bien, estos que dictan las leyes en Arabia, editan los textos que se reparten en España con el beneplácito de la UNED.
Volvemos a lo mismo, es solo cuestión de equilibrio de fuerzas. Donde se permite la descompensación de este equilibrio a favor del Islam, se multiplican los casos de intolerancia e imposición.
Con estos precedentes ¿cómo piensa que podría discurrir la situación durante los próximos los próximos años en España?
Podemos adivinar lo que nos espera echando un vistazo a otros países europeos, que como Francia, nos llevan años de adelanto en el proceso.
Volvamos al informe del Gobierno Francés. Han constatado como las comunidades emigrantes en Francia y muy en especial la islámica, han constituido en buena parte territorios sustraídos al imperio de la legalidad. Son enclaves musulmanes normalmente ubicados en la periferia urbana, donde la policía reconoce su incapacidad de actuar y no existe más control real que el de las autoridades islámicas. Donde impera la sharía y la igualdad de las mujeres se ha extinguido.
El panorama descrito en este informe es desolador; violencia urbana, dificultad para mantener una presencia francesa de origen que se repliega frente al superdesarrollo de las familias extracomunitarias, presencia de comercios étnicos, de un tejido asociativo propio, endogámico y excluyente, multiplicación de los lugares de culto y escuelas coránicas donde no se habla francés y fuerte presión social para imponer el uso de costumbres o prendas religiosas.
En Holanda tras el brutal asesinato del cineasta Theo van Gogh, se ha desatado la quema de templos, las amenazas o las conspiraciones integristas para dar muerte a políticos.
En toda Europa los predicadores islamitas son cada vez más influyentes entre la juventud. Segundas y terceras generaciones, lejos de integrarse que se radicalizan y sé automarginan. En este caldo de cultivo calan con facilidad el mensaje antisemita y antioccidental. Muchos pensarán que parece mala ficción y pero en Holanda o Francia son los respectivos Gobiernos quienes lo asumen como presente. En España quizás futuro.
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