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EUROKRISIS

Viaje al corazón del Islam español

Viaje al corazón del Islam español

De las 'purísimas inmaculadas' del pañuelo en España, a las familias críayihadistas del Reino Unido: Líderes islámicos en Occidente, alarmados por la desafiante autoexclusión de las propias comunidades musulmanas frente a la sociedad general

16.06.08 • 03:32 GMT • Javier Monjas - Madrid Email
  • Abdennur Prado, presidente de Junta Islámica Catalana, en referencia a las "mujeres musulmanas con pañuelo" de un reportaje en Televisión Española: "Los hombres quedamos reducidos a depredadores sexuales, posiblemente una proyección de sus deseos más inconfesables".
  • NUEVO DIGITAL - ARCHIVO/SELECCIÓN - EL ISLAM, IMPLACABLE EN EL REINO UNIDO

     

    “’El pañuelo me protege de las miradas lascivas de los hombres’ (…). ‘Yo tengo que evitar las situaciones en las que me encuentre a solas con un chico. Cuando saludo a un chico, tengo que evitar darle dos besos o ni siquiera la mano, porque esto puede llevar a otras cosas’”. Son las declaraciones de una joven musulmana -nacida en España y estudiante de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid- durante la emisión de un reportaje en Televisión Española titulado “Viaje al corazón del islam español”. Sin embargo, lo que se planteó como un bello y estético trabajo a mayor gloria del multiculturalismo, terminó mostrando la auténtica dimensión del horror excluyente de lo que de verdad se esconde bajo el pañuelo de las jóvenes que inician un viaje televisivo tópicamente iniciático a Granada. Poco espíritu y mucha obsesión con la carne. Con la de cerdo y con la de hombre. Y toda una declaración de fidelidades como aviso a navegantes: "Este pedazo de tela me da una identidad que España no me da".

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    “Los hombres quedamos reducidos a depredadores sexuales, posiblemente una proyección de sus deseos más inconfensables”. ¿La declaración machista de un agresivo ‘islamófobo’? En absoluto. El desahogo de Abdennur Prado, presidente de la Junta Islámica Catalana y uno de los más virulentos personajes del islam español, de hecho, come-islamafóbos profesional él mismo en la vanguardia del ‘feminismo islámico’ que, esta vez, como tantas veces antes otros a quienes acusó de racistas y todo el resto de retahíla lirófora, cae abrumado por la imagen que el espejo televisivo le devuelve del islam español, de lo que ocultan los pañuelos bajo las devotas cabezas cubiertas nacidas en el democrático país infiel que las cría y protege.

    Minifaldas y Alá

    A medio camino entre el desafío chulesco y la provocación altanera, las jóvenes del reportaje marcan muchas distancias con la sociedad española, entre ellas, respecto a las “chicas con minifalda”. “Una minifalda busca a los hombres; yo busco a Alá”, dice otra de las 'chicas puras' sin poder ocultar el desprecio por sus compañeras ‘impuras’. “Hablan de modestia, pero se visten de forma que todo el mundo las mire por la calle. Se sienten ‘musulmanas resistentes’ frente a la sociedad española lasciva y degenerada, y por eso se creen heroínas. Se sienten especiales, pero no son más que un producto de consumo dentro de la sociedad del espectáculo”, comenta Abdennur Prado en un artículo que ha causado un terremoto en el islam español e hispanoamericano tras el reportaje sobre las ‘purísimas inmaculadas’ del pañuelo.

    Sin embargo, no muchas diferencias se encuentran sobre degeneraciones y lascivias entre lo declarado por las "chicas" y lo que él mismo ha escrito con frecuencia. Este es el mismo Abdennur Prado que, precisamente, arremetia no hace mucho contra las "bienpensantes (sic) barrigas infladas de televisión y cerveza" de quienes se alarmaban ante las reacciones violentas de los musulmanes en Europa, en una descripción extremadamente peyorativa en el borde de la deshumanización, puesto que no queda claro si continúan siendo 'personas' tales "bienpensantes" (sic) y sus hinchadas tripas, por cierto, también presentes estas últimas en varios de los máximos dirigentes de su propia organización, sin que, en este caso, conste la causa del hiperbólico abultamiento.

    "Se prepara un genocidio contra los musulmanes

    Sólo en los últimos tiempos, Prado acusaba a Ayaan Hirsi Ali de “islamófoba” y “revolucionaria neocón” entre un apocalipsis de tópicos de anticapitalismo pseudomarxista antisistema; alertaba sobre cómo las críticas de otros, en el mismo tono de las por él vertidas contra sus ‘hermanas’ -sin embargo, sin llegar a la calificación de reprimidas obsesas sexuales que él adjudica a las castas del pañuelo-, “están estableciendo las bases ideológicas para justificar el genocidio de los musulmanes europeos”; o cómo, sientiéndose "como un judío en el Berlín de los años 20 (...) sólo pienso en el futuro de mis hijas", amenazadas, en su opinión, por el “genocidio” que están preparando los críticos del islam, pero no por los ‘hermanos’ que cogen trenes, metros, autobuses o aviones, sin contar a los del terrorismo vasco que sus medios de comunicación ponen entre las comillas de la duda con los calificativos adjudicados por el capitalismo opresor (ND).

    En cualquier caso, España va muy por detrás de la alarma que muchos dirigentes musulmanes europeos, como este y otros en varios países, están comenzando a sentir alrededor de sus propias comunidades, no ya incapaces de integrarse en las sociedades democráticas que las acogieron, sino en abierto desafío tanto de los ‘kufar’, -el despectivo término para los ‘infieles’ contra el que Prado también se rebela-, como contra los propios musulmanes que, intentando la convivencia, son acusados de colaboracionismo con los impíos.

    El virgo de la vergüenza

    En Francia, las leyes civiles y democráticas del estado laico por excelencia son utilizadas para el repudio de una mujer después de que su marido, en la noche de bodas, encontrara la sábana nupcial inmaculada y, por tanto, maculada la hembra de la que el estado francés le ayudó a deshacerse como quien se desprende de la basura del día, en una sentencia defendida a muerte por la ministra de justicia, Rachida Dati, nacida en Francia de padre marroquí y madre argelina. Pero es, sin duda, en el Reino Unido, donde el tremendo poder corrosivo del islam ya alarma incluso a los propios dirigentes musulmanes que intentan el puente con la sociedad occidental infiel que asiste, asombrada, al incontenible crecimiento del tumor.

    Las familias musulmanes británicas están criando yihadistas. Sería una frase ‘islamófoba’ de animación al ‘genocidio’ de niñas pequeñas musulmanas si no resumiera precisamente el pensamiento de un musulmán, en concreto, el del director del Centro de la Universidad de Oxford para los Estudios Islámicos y consejero sobre materias islámicas del Príncipe de Gales. Entre otras cosas, Farhan Nizami alertaba la semana pasada sobre cómo las familias musulmanas no son partidarias de que sus hijos aprendan inglés o no les animan a integrarse en la sociedad británica.

    Londres: "Sí, estamos favoreciendo a los musulmanes"

    Además, Nizami atacaba uno de los lugares comunes más erróneos mantenidos por observadores poco penetrantes con la realidad musulmana en Occidente: que los peligrosos son los que vienen de fuera, y no los que han nacido o se han convertido dentro. “La asunción de que los imanes extranjeros equivalen a algo indeseable no es siempre cierta. De hecho, algunos de los elementos más radicales en la sociedad británica son nacidos británicos”, afirmaba el profesor antes de, en línea con el discurso políticamente correcto imperante, separar a estos sujetos de la “religión” y relacionarlos, sin embargo, con la “alienación y las privaciones” que estarían sufriendo en la sociedad del Reino Unido.

    ¿Privaciones? Quienes las están padeciendo son ya los cristianos, que, hace unos días, a través de la Iglesia de Inglaterra, denunciaban su marginación por parte del gobierno de Londres a favor del masivo desembarco de recursos con que es agasajada la minoritaria comunidad islámica en el país (ND). Y, lejos de desmentir estas percepciones, desde el ejecutivo de Londres se confirmaba plenamente la marginación del cristianismo a favor del islam porque es de “sentido común (…) construir la resistencia de los jóvenes musulmanes, hombres y mujeres, para oponerse a los mensajes extremistas”, tal y como abiertamente decía la máxima responsable para las “comunidades” en el país, Hazel Blears.

    Organizaciones islámicas: "Crisis de matrimonios forzados"

    En medio, otras organizaciones musulmanes denunciando una brutal "crisis de matrimonios forzados" en el Reino Unido, con cientos de niñas obligadas a aceptar esposo y con un 70 por ciento de los casamientos de la comunidad musulmana relacionados de alguna forma con la coerción. Y, para completar el paisaje, las abiertas exigencias de líderes musulmanes internacionales, cuando no de dirigentes de países de mayoría islámica, que, como el presidente de Malasia advertía la semana pasada (ND) sobre cómo “el fracaso en entender a los musulmanes (en el Reino Unido) está llevando a la división entre las comunidades”, lo que estaría animando a los jóvenes islámicos a dejarse caer en el extremismo, en un natural, lógico y comprensible efecto ante el rechazo y la falta de “comprensión” de los británicos hacia sus musulmanes.

    Por ello, y entre otras cosas, Abdullah Badawi exigía a Londres que la comunidad de creyentes en Alá en el país fuera autorizada a gobernarse a sí misma con la sharia. De lo contrario, crecerá el resentimiento musulmán, agravado por la “discriminación, la pobreza, el descontento social y las privaciones” que ven en sus humillados y marginados hermanos de la avanzadilla europea.

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